La Emperatriz es la tercera carta que configura el llamado grupo de Arcanos Mayores del Tarot. Es, como el resto, una carta importante, con gran peso alegórico.
La representación de este triunfo viene definida por una mujer entronizada, vestida lujosamente y con un cetro de poder en su mano izquierda, el cual esta rematado con un orbe mundial y sobre este una cruz católica; en su mano izquierda sostiene un escudo con un águila, también con clara vinculación al mundo católico. Se trata de una mujer joven, en edad de procrear, coronada y en actitud meditativa. Este Arcano simboliza el poder de lo emotivo, la fuerza de lo instintivo, la sensualidad del amor, la fuerza de las pasiones. Es una carta, por tanto de cierto equilibrio entre lo instintivo y lo racional.
Muchos ven en esta figura una síntesis perfecta entre el espíritu, la mente, y lo instintivo de la persona. También simboliza la maternidad, la femininidad, la sensualidad y la afectividad, por ello, como podemos ver nos movemos en distintos estadios y simbologías alegóricas muy diferentes en relación a esta carta, por ello, de nuevo, tendremos que examinar con detenimiento el contexto que rodea a este elemento.
En la cábala tradicional, la Emperatriz está asociada a Mercurio, a la letra Ghimed y con el número 3. Nuevamente vemos aquí una nueva referencia al cristianismo y todo el peso que para esta doctrina posee el número 3.
Significado de la Emperatriz
En cuanto a su concepción más esotérica presenta claras vinculaciones a Venus, diosa de la belleza y la sensualidad griega, en cuanto a su elemento es el aire y a la estación, el invierno. En relación a los distintos planos interpretativos de esta figura, podemos señalar que:
- En el plano espiritual, se invoca al alma de la persona, lo emotivo y al descenso del espíritu sobre la persona a modo de iluminación mística, viene a simbolizar, en este plano, un viaje hacia el conocimiento interior de uno mismo y de sus convicciones más firmes e internas.
- En lo anímico, como ya hemos señalado, viene determinada por lo intenso y emotivo, por el reflejo de unas emociones profundamente humanas pero comedidas y sostenidas por lo racional de esta carta, logrando un equilibrio entre lo uno y lo otro.
- En el plano material, se vincula con la sensualidad, con la sexualidad, incluso con el deseo más irracional. Es una carte que incita más al deseo, a una apetencia carnal más que a un amor romántico o platónico.
En cuanto a las directrices interpretativas de esta carta, podremos señalar a grandes rasgos que, como resultado final, simboliza algo positivo a modo de éxito o consecución de los objetivos.
En lo concerniente a la persona, vendrá a definir una mujer ideal, completa en todos los aspectos: la amante, la esposa, la amiga, la madre… una mujer que asume todos los roles. Es una carta que, también, simboliza la fertilidad.
En lo concerniente al amor, este Arcano Mayor del tarot, esboza una relación o una posibilidad de relación gratificante donde el amor y la sensualidad tienen gran importancia. Simboliza también la generosidad de sentimientos y la entrega en los distintos planos: espiritual, físico y anímico.
Comentar de nuevo, la interpretación viene vinculada en gran medida con las cartas que rodean a dicho elemento.
Por otro lado, en el caso de que apareciese de manera invertida, estaremos ante un elemento cargado de negatividad y nos vendrá a advertir que cuestiones como la infidelidad, pequeños problemas de salud, o posibilidad de una mala época económica son posibles, por lo tanto el receptor tiene que estar prevenido ante dichas contingencias.